18 ago 2013

A un corazón herido, a ti

Si es cosa del destino, al destino hay que esperar;
pero tal vez es algo entre nosotros, y somos los que no lo hacen bien.
Quizá son los demás, que interrumpen nuestra paz;
quizá eres tú, que no quieres aprender a amar.

Puede ser el presente, quien no quiere vernos juntos;
pueden ser tus ojos; puede ser Dios.
Puede ser la vida, o quizá la muerte;
o la triste suerte que no quiere ser luz.

Pero quiero que sepas, que no soy yo la culpable;
la que no quiere verte, la que no quiere saber de ti.
No soy yo la que evita a diario soñarte;
es más, espero la noche para sentirte aquí.

Y de día te pienso, de día solo lloro;
de día solo soy yo intentando olvidarte,
esperando imposibles, esperando que llegues;
porque todo en mi vida, ahora... eres tú.

Y prometo, yo ahora, en este mismo instante,
que desde hoy poesía ya no vas a ser.
Que no te evocaré en mis cuentos de nuevo;
solo prometo soñarte, y prometo que esperaré.

Que te veré y lloraré en silencio, desde ahora;
que te seguiré queriendo, pero ya no en papel.
Porque querer duele y ya estoy herida,
por este amor, que no quiere florecer.

Porque tal vez está esperando la primavera,
o le gusta la lluvia fría que a diario vemos caer.
Porque yo te extraño y no voy a irme,
solo aprenderé a ser fuerte otra vez.

Y estaré cantando, y estaré orando,
porque este amor se condense esta vez.
Porque ahora sé que no te embelesa mi poesía,
ni mis historias, ni mis canciones de papel.

Y si el tiempo pasa, y tu te alejas,
y la flor se marchita...
pues, tal vez, yo también me iré.
Prometo, también, que algún día lo haré.

Pero soy consciente de esto que siento,
porque este sentir me ha hecho crecer;
tan vulnerable, tan frágil, tan diferente;
quien tú quieras... eso me ha hecho ser.

Por eso sé, mi vida, que no será fácil
lograr que mi corazón te quiera perder;
y estoy dispuesta a escribirte de nuevo,
el día que tú decidas volver.

No hay comentarios:

Publicar un comentario