21 ago 2023

Me enamoré.

 Yo me enamoré de ti y de tus pequeños ojos brillantes detrás de esas vitrinas. De tu precioso cabello que nadie más puede tocar. De tu perfume. Y de tu sonrisa que me hacía la persona más feliz del mundo. 

Me enamoré de ti y de tus ganas de conquistar el mundo entero con tu locura. Me enamoré de tus manías por más irritantes que sean. Y de tu paciencia para llegar a formar parte de mi corazón.

Me enamoré de la manera en cómo nos conocimos, nos odiamos y luego nos quisimos. Me enamoré de esa noche de películas, secretos y magia. De tu manera de mirarme y coquetear conmigo. Poco a poco me enamoré de cada esquina de tu cuerpo, de tus lunares y de cada centímetro de tu corazón ajeno, de tu alma tan noble. Me enamoré de tus palabras bonitas y de tus frases sacadas de películas y poemas que eran solo para mí. De cada uno de nuestros recuerdos juntos. Me enamoré de ti, sin juzgarte, sin pedirte más de lo que podías dar, de cada detalle para mí. Me enamoré de tus mensajes recordándome lo mucho que querías estar a mi lado y lo mucho que me querías. De los girasoles eternos. Del café de cada mañana, y de tu manera de sorprenderme cada día.

Me enamoré de tus caricias incluso cuando yo fingía no quererlas. De cada abrazo por la espalda cuando no lo esperaba y de tus ganas de pasar más tiempo a mi lado cada día; de cada vez que me contabas las historias de tu infancia sin parar aunque hablaras horas, esas historias que tanto me gusta escuchar. De cada lugar al que fuimos juntos, de nuestras canciones, de las veces que dormí a tu lado y de las veces que me dejaste dormir en tu pecho. De tus besos de buenos días y de tus corazones con las manos. De cada vez que me esperabas, de cada beso en mi frente. De tus ojitos haciendo agüita cuando te hice sentir mal. De tus ganas de querer seguir intentando y no rendirte con lo que teníamos, aunque sabíamos que nunca iba a funcionar. De nuestros planes juntos.

Me enamoré de cada uno de tus secretos y de tus mensajes de buenos días. De cada una de las lágrimas que cayeron por tus mejillas; de lo bueno y lo no tanto; de los abrazos sinceros después de haber discutido la noche anterior y, me enamoré mucho más de ti después de conocer tu alma. Me enamoré de tu manera de quererme.

Y tengo miedo de que tú no te enamores de mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario