6 ene 2014

Miedo al amor

El tiempo va corriendo despacio, casi trotando; la vida sigue su curso normal y así están las cosas. Te das cuenta de que estás enamorada y es muy tarde, en el exacto momento en el que te falta la respiración al oír su nombre o tiemblas de tan solo pensar en él, los pelos se te ponen de punta al saber que está cerca; te arreglas a diario pensando en él, aunque sepas que no vas a verlo; cuando lo imaginas cantándote canciones de amor, que por cierto, no te gustan, pero si lo hace él sería perfecto; en el momento en que sueñas a diario con él, esperas un saludo suyo cada día, y mueres por hablar con él aunque sea un segundo.

Estás realmente enamorada, esta vez sí, esta vez no te equivocaste, pero desearías estarlo, desearías volver a estar equivocada, porque eso de estar enamorada no es lo tuyo, no lo es en lo absoluto. A veces, quieres negar hasta morir que estás enamorada, y quieres que tus sentimientos se suiciden lo más rápido posible, quisieras no tener corazón; pero los esfuerzos son en vano, no importa nada más, estás enamorada; tal vez, por la "experiencia" en estos asuntos del amor, odias tanto enamorarte, realmente lo odias. Otra solución es suicidarte junto con tus sentimientos, así no queda nada de ambos; pero es imposible, porque hay algo llamado "amor" que te impide hacerlo, que es más fuerte que todos esos otros sentimientos que estás teniendo. Entonces no quieres hablarle, pero sí quieres hacerlo. 

En realidad, nadie lo sabe, pero tienes miedo (yo no lo creo, pero si hay algo más fuerte que el amor, es el miedo). Sabes que eres tan impulsiva que en algún momento le dirás algo de lo cual puedes arrepentirte, intentas controlarte, intentas no decir nada, intentas ser cautelosa con lo que dices; lo estás haciendo bien. Pero en el fondo de todo lo que ocurre al rededor, sabes que hay una gran posibilidad de que él también esté enamorado de ti, en realidad, es lo más seguro; pero él es tímido, porque así es él: tiene miedo a ser rechazado; y como tú, no quiere decirte nada, aunque lo único que él quiera, sea estar contigo. Entonces, te imaginas con él, no en un futuro muy lejano, sino ahora, en este mismo instante; porque eso es lo que quieres, estar justo ahora justo con él, justo en este lugar. Y ninguno de los dos saben lo que la vida y el amor ha deparado para ambos. Así que, así son las cosas ahora: un amor de verdad desperdiciado por miedo.

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