11 ago 2017

Antes y después

Conocí a alguien, era mágico.

Era de esas personas que nunca en la vida me había cruzado antes, era de esos que llegan para hacerte sentir que eres querida (pero no lo eres realmente). De esos que te hacen creer que tocaste el cielo, pero en realidad estás a un paso del infierno.

Los ojos, la sonrisa, los gestos, las falsas caricias.

Él era de esos que te hacen creer que simplemente estás soñando, pero estás teniendo uña pesadilla (de las largas), y no puedes despertar, porque no puedes librarte fácilmente. No lo puedes dejar ir, y él no quiere dejarte ir a ti.

Entonces comienzas preguntándote cómo es posible que seas tan feliz, qué hiciste tan bien para merecer tanto, cómo Dios te dio tanto. Hasta que te das cuenta que no es un premio, es un castigo (si es que no existe algo peor).

Todo comienza color de rosa, conociste al "real" príncipe azul, tu vida por fin dejó de ser un fracaso y tú sonrisa ilumina desde el amanecer, hasta que se esconde el sol (incluso de noche hay luz para ti)... pero en realidad, estás hundiéndote en lo más profundo de lo que creías que era amor de verdad, en lo más hondo de lo que pensabas que era tu camino.

Todo se vuelve silencio, una herida que no puede curar, una enfermedad que no va a sanar.

Y tú... pensabas que era amor de verdad.

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