22 jul 2019

Nos reconocimos


Es curioso el tiempo, el motivo y el lugar que nos hicieron coincidir ese mismo día, en ese mismo instante, en ese exacto momento.
Curiosas las razones por las cuales cada quien de nosotros decidió llegar a parar allí, sin pensarlo, aunque esa es otra larga historia. 
Fueron casi casi cuatro largos años, en los que dimos los mismos pasos, respiramos el mismo oxígeno, transitamos los mismos quinientos metros cuadrados; sentimos el mismo sol, el mismo viento. La misma sensación de incertidumbre. Los mismos miedos, las mismas voces, las mismas personas e incluso las mismas risas. Los mismos temas de conversación, y otros no tan parecidos.
Una vida universitaria tú por tu lado tan atolondrada, y yo por mi lado tan imperturbable. O eso creíamos.
Cuatro años paseando por amores pasajeros, desamores, experiencias, enseñanzas; por personas que solo nos guiaron a ese preciso momento.
Cuatro años en los que no cruzamos miradas. Pero imagina qué hubiera pasado si las cruzábamos.
Años en los cuales tú y yo, nos preparamos para ese encuentro especial, ese momento que decidiría el resto de nuestras vidas.
Tiempo de saber y no saber qué nos depararía el futuro. Tiempo de indecisión.
Cuatro años de espera, de altos y bajos, de lágrimas y risas. 
Largos años de soñar con el otro sin siquiera conocernos o habernos visto en este mundo físico. 
Cuatro años sin saber que estábamos tan cerca el uno del otro.
Sería Dios, el destino, la magia o el azar, o alguna extraña fuerza sobrenatural. Pero eso no importaba.
Yo pedía un ángel en mi vida, y tú esperabas por la chica de tus sueños. 
Y quién sabe el porqué, aunque tal vez ambos lo sabemos… prepararnos para ese milisegundo en el cual por fin en esta vida, nuestras miradas coincidirían.
Prepararnos para que luego de casi cuatro años, por fin, curiosamente, esa noche de primavera, en ese extraño lugar, donde nadie imaginaría, y sin decir palabra alguna... solo nos reconocimos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario