4 mar 2020

La chica de sus sueños


Lo conocí hace un tiempo atrás. Alto, ojos bonitos, inteligente, tímido, un corazón tan noble, no era perfecto, pero era justo para mí, exactamente a mi medida, mi otra mitad. Yo pasaba una etapa muy difícil, y solo recuerdo haber orado a Dios, y haberle pedido un ángel, y me lo envió.

Recuerdo exactamente la primera mirada, la primera conversación, el primer almuerzo juntos, la primera salida y por supuesto, el primer beso; ese primer beso que me hizo darme cuenta que no quería besar a nadie más, ese beso tan tierno, tan dulce. Ese beso en el que supe que era él y que era para siempre.

Y muchas personas dicen que cómo puedes amar a alguien tan rápido. Pero a nosotros nos pasó. Todo fue veloz y como él dijo "estoy agradecido con Dios por haberte conocido tan pronto en mi vida", y yo también lo estaba. Era increíble sentir estas cosas por alguien. Nunca nos había pasado así.

Nadie me había ayudado tanto, a ser mejor persona, a dejar mis miedos atrás, a simplemente, lanzarme cuando quería algo, a ser perseverante. Y me ayudó tanto, que de alguna manera, no estaría donde estoy justo hoy, si no fuera por su gran apoyo en esos días. Gracias.

Yo una chica con algún trastorno de por medio, que aún no sé cómo explicar... me abrí, abrí mi corazón, le conté exactamente cómo me sentía, incluso de aquellas veces que explotaba y quería desaparecer de la faz de la tierra, y él entendió. Estábamos sentados en el auto, yo lloré y me abrazó fuerte. Y cada día me convencía más, de que era mi ángel y que nunca encontraría a alguien igual. Fui infinitamente feliz.

Nuestra primera pelea, de esas que crees que no vas a superar. Llegó a mi casa con una carta, recuerdo lloré al leerla. Me contaba una historia, sobre un sueño y decía que era el amor de su vida, la chica de sus sueños. Y que el preciso día que nos conocimos él lo supo, él me reconoció. Y yo solo lloré de felicidad al leerla, y lo amé más. Y la he leído tantas veces, que probablemente ya me lo sé de memoria.

Recuerdo en uno de mis ataques de esos que ya conté antes, le dije que él no debía estar conmigo. Y lloró, me pidió que nunca lo deje, y mi corazón se rompió, había hecho llorar a la persona que amaba y me amaba más que a nadie en este mundo. Y me sentí la persona más mala de todo el mundo. Ese día me hizo abrir los ojos, ¿cómo iba a poder dejarlo?, ¿cómo sería capaz de hacerle eso al amor de mi vida? Me odie mucho, y prometí nunca hacerlo, nunca iba a dejarlo. Yo era la chica de sus sueños y él era mi ángel.

Y un día, tras una de esas discusiones por cualquier tonta cosa, me entregó una nota que decía y lo recuerdo muy bien: "Por más que lo analizo miles de veces, la única conclusión a la que llego es que TE AMO". Sí, con letras mayúsculas. Y lo amé más.

Contar cada experiencia, sería un libro de nunca acabar; cada viaje, cada detalle, cada carta, tantos planes, cada mal rato que pasamos, incluso los problemas eran tan fáciles de solucionar, y podíamos seguir adelante. Alguna mala persona nos quiso separar alguna vez; pero ambos sabíamos que sería imposible, ambos estábamos tan seguros de que juntos podíamos contra todo y todos. Era amor de verdad.

Hubo meses en los que estuvimos tan lejos, que solo nos quedaba escribirnos y llamarnos cada noche, y recordarnos lo mucho que nos extrañábamos y que moríamos por estar ya al lado del otro. y lo fui a ver, y fui feliz, y sé que él también. Y sí, fueron tiempos difíciles, pero también lo superamos.

Han pasado unos años y han pasado tantas cosas. Buenas y malas, bonitas y feas, fáciles y difíciles. Retos, enfermedad, momentos en los que tocaba concentrarnos en nuestras metas, porque al final de todo, cada logro personal, era para los dos. Anécdotas. Momentos en los que alguno de los dos explotaba y tocaba al otro ser el sostén de la relación. Éramos un equipo, éramos uno, éramos amor.

Pero a veces, uno se olvida de eso. Y nos tocó alejarnos un tiempo, de los días más difíciles de mi vida, pero al final, fue un regalo es separarnos, que Dios nos dio, para hacernos entender que nuestro destino era estar juntos, querernos, respetarnos, cuidarnos, y por sobre todo amarnos, y no dejar que nada se interponga en nuestra bonita historia. Esta historia, a la que ahora acompañan 12 patitas y muchos ronroneos.

El es mi ángel, y yo soy la chica de sus sueños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario